Angie Surace escuchó a su corazón y cambió bisturí por manga pastelera, dando un giro radical a su vida.
Con la misma precisión que antes aplicaba en el quirófano, ahora crea obras de arte comestibles.
En cada una de sus creaciones se encuentra la pasión que la impulsa, unida a la sólida técnica que desarrolló en sus inicios junto a Alicia Berger y luego continuó en el IAG.
Sus postres no solo endulzan el paladar, sino que también tocan el alma y nos recuerdan que los sueños siempre valen la pena perseguirlos.
Cada bocado es una historia de valentía y sabor.

¡Probá la magia que nace de un sueño hecho realidad!

Descubrí Marquise Patisserie.